FIESTUQUIS, LA DECADENCIA DE OCCIDENTE
Esta es la última entrega del curso de filosofía Banquetes, guateques y fiestuquis, claves para entender el arte de la sobremesa. Fascículo a fascículo hemos repasado la evolución de uno de los rituales de apareamiento más significativos de la especie humana, el de la sobremesa. Hasta ahora lo hemos estudiado como una evolución ascendente de la cultura; de Grecia a Torremolinos, del banquete al guateque, han ocurrido grandes avances.
Pero toda expresión cultural que llega a su cénit, cae por su propio peso. Las fistuquis representan el último eslabón, el de la decadencia.
Nacen de argumentos lógicos deductivos aplastantes pero erróneos, heredados de una larga tradición de razonamientos causa-efecto, acción-reacción:
Razonamiento A:
Si el baile en los guateques sirve para recortar tiempo respecto al objetivo final, ligar, bailaremos hasta las 6 de la mañana en macrofestivales de música Indie-pop para apretar a tuti plen.
Razonamiento B:
Si el diálogo profundo sobre cuestiones metafísicas no lleva a ningún lado, nos comunicaremos con monosílabos en macrofestivales de música rock para ligar a mansalva.
Razonamiento C:
Si nuestros padres tomaban carajillos y tenían energía para parar un tren, nos pondremos hasta las cejas de más y mejores drogas en macrofestivales de música electrónica para aguantar bailando hasta las seis de la mañana sin decirnos nada relevante y ligar a tuti plen.
Razonamiento D:
Si la música electrónica y el pop son un coñazo y la cocaína está muy cara, saldremos sin cenar, beberemos calimotxo con vino de tetabrik Don Simón, nos meteremos spiz del malo, haremos una avalancha para entrar gratis en cualquier concierto punk, escupiremos, y bailaremos dándonos empujones. ¿Adivinan para qué? para ligar, por supuesto.
Estos son algunos de los razonamientos que se reproducen cada fin de semana. Absurdos a todas luces. Y todavía hay quien dice que el conocimiento y la inteligencia son acumulativos. Pero os rebelaremos el secreto mejor guardado: con la música moderna no se folla, nuestros estudios apuntan a que los griegos apretaban más que los gafapastas, los perroflautas y los bakalas juntos, y además eran bastante más inteligentes.
Por todo esto proponemos fusionar el clasicismo griego con la sobremesa española: volvamos a los banquetes, a la filosofía, comamos profiteroles congelados, untémonos de nata, hinchémonos de brazos de gitano, purazos, carajillacos y partidas de bingo; volvamos a las largas conversaciones sobre epistemología, ontología y algún que otro chiste de chiquito de la calzada.
Tal vez follar no follaremos, pero no haremos el ridículo poniéndonos pantalones de pitillo que oprimen la huevada, ni asistiendo al concierto de moda pagando un pastón por la entrada para ver al músico desde una pantalla gigantesca, bebiendo cerveza caliente a 3 eurazos, esnifando cal de las paredes, consumiendo aspirinas efervescentes, y fumando goma quemada de los neumáticos. Si es que parecemos gilipollas.
Hasta aquí han llegado estos estudios, esperemos que os hayan servido de ayuda porque nuestros becarios están ingresados en clínicas tratando su ludopatía (ver el curso III).
Esta es la última entrega del curso de filosofía Banquetes, guateques y fiestuquis, claves para entender el arte de la sobremesa. Fascículo a fascículo hemos repasado la evolución de uno de los rituales de apareamiento más significativos de la especie humana, el de la sobremesa. Hasta ahora lo hemos estudiado como una evolución ascendente de la cultura; de Grecia a Torremolinos, del banquete al guateque, han ocurrido grandes avances.
Pero toda expresión cultural que llega a su cénit, cae por su propio peso. Las fistuquis representan el último eslabón, el de la decadencia.
Nacen de argumentos lógicos deductivos aplastantes pero erróneos, heredados de una larga tradición de razonamientos causa-efecto, acción-reacción:
Razonamiento A:
Si el baile en los guateques sirve para recortar tiempo respecto al objetivo final, ligar, bailaremos hasta las 6 de la mañana en macrofestivales de música Indie-pop para apretar a tuti plen.
Razonamiento B:
Si el diálogo profundo sobre cuestiones metafísicas no lleva a ningún lado, nos comunicaremos con monosílabos en macrofestivales de música rock para ligar a mansalva.
Razonamiento C:
Si nuestros padres tomaban carajillos y tenían energía para parar un tren, nos pondremos hasta las cejas de más y mejores drogas en macrofestivales de música electrónica para aguantar bailando hasta las seis de la mañana sin decirnos nada relevante y ligar a tuti plen.
Razonamiento D:
Si la música electrónica y el pop son un coñazo y la cocaína está muy cara, saldremos sin cenar, beberemos calimotxo con vino de tetabrik Don Simón, nos meteremos spiz del malo, haremos una avalancha para entrar gratis en cualquier concierto punk, escupiremos, y bailaremos dándonos empujones. ¿Adivinan para qué? para ligar, por supuesto.
Estos son algunos de los razonamientos que se reproducen cada fin de semana. Absurdos a todas luces. Y todavía hay quien dice que el conocimiento y la inteligencia son acumulativos. Pero os rebelaremos el secreto mejor guardado: con la música moderna no se folla, nuestros estudios apuntan a que los griegos apretaban más que los gafapastas, los perroflautas y los bakalas juntos, y además eran bastante más inteligentes.
Por todo esto proponemos fusionar el clasicismo griego con la sobremesa española: volvamos a los banquetes, a la filosofía, comamos profiteroles congelados, untémonos de nata, hinchémonos de brazos de gitano, purazos, carajillacos y partidas de bingo; volvamos a las largas conversaciones sobre epistemología, ontología y algún que otro chiste de chiquito de la calzada.
Tal vez follar no follaremos, pero no haremos el ridículo poniéndonos pantalones de pitillo que oprimen la huevada, ni asistiendo al concierto de moda pagando un pastón por la entrada para ver al músico desde una pantalla gigantesca, bebiendo cerveza caliente a 3 eurazos, esnifando cal de las paredes, consumiendo aspirinas efervescentes, y fumando goma quemada de los neumáticos. Si es que parecemos gilipollas.
Hasta aquí han llegado estos estudios, esperemos que os hayan servido de ayuda porque nuestros becarios están ingresados en clínicas tratando su ludopatía (ver el curso III).
auténticos decadentes, pero qué pelazo!
4 comentarios:
Tanto leer, y lo mejor es el PELAZO!
El conocimiento y la inteligencia son acumulativos? Ke gran cuestión. Quién dijo eso? El curso CCC ya ha alcanzado un nivel espectacular. Hago un llamamiento desde el economato para que continúe la sección. A mi me está ayudando a comprender a la muchachada y me ayuda a disfrutar más si cabe de la decadencia humana. Gracias Bilonguis por estas palabras.
Por cierto qué pelazos tienen los de la afoto!! Quién lo pillara!! Ahhh! y carajillazos siempre!!
Con la música moderna no se folla, efectivamente....con la música modenna de hace el amor. Pero siempre es mejor follar.
Estoy de acuerdo con la música moderna no se folla pero tampoco con las sobremesas, para eso hoy en dia hace falta mucho ingenio y la verdad es que ya no estamos por la labor.
Esa foto con esas melenas de cuando es?
Un saludo.
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