sábado, 21 de marzo de 2009

ALBERT PLA-La diferencia (obra músico-teatral)

A este músico no basta con escucharlo en casa simplemente. Tampoco basta con irlo a ver al teatro. Y no basta porque a este artistazo en mayúsculas se le queda corto todo, y hace de la suma de las partes una unidad que supera con creces cualquier clasificación.

Y es que el tío se sube a un escenario con una guitarra, un juego de luces, humo escénico que controla desde el escenario, un radiocassete de los antiguos, y se come a la sociedad entera. Hace que todo sea fácil, que todo sea bonito, que todo sea inocente, cínico, asqueroso, vomitivo, y que te entren ganas de machacar a puñetazos al primer hijo de puta que se lo merezca… sin perder la sonrisa.

Y por eso l’Albet Pla da miedo. En su imaginario sale a tirar la basura, se encuentra con un colega (el Quimi Portet), toman unas copas… y terminan violando monaguillos en Montserrat, inyectándose heroína, y asesinando mossos de escuadra.

Y mientras tanto, el público canta encantado: a veces tengo malos pensamientos.


Pero al igual que hace playback para fumarse un cigarro cuando le apetece, también inventa las situaciones más macabras situándose ficticiamente (o eso espero) más allá del bien y del mal. Es entonces cuando EEUU arde entero por una colilla.

Escuchen (pero recuerden que eso no basta), y tomen nota: los hongos no suben mucho...

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