A GRANDES PREGUNTAS, GRANDES SIGNOS DE INTERROGACIÓNSi recuerdan, en el curso de Metafísica I dijimos que es una disciplina donde imperan las preguntas sin respuestas. No es que no se hayan dado a lo largo de la historia, es que no han terminado de convencer al mismo nivel que el principio de Arquímides, o la cirugía plástica.
Veamos algunas respuestas dadas:
LA MITOLOGÍA GRIEGA-Estamos ante el derroche de imaginación metafísica por excelencia. ¿A quien se le ocurriría pensar que el universo está regido por dioses cabrones capaces de comer a sus hijos por miedo a ser destronados, violar a mujeres reencarnados en centauros, y jugar al ajedrez con los humanos? Pues a los helenos. Lo paradigmático de estas teorías es que contribuyeron a crear una sociedad casta, fuerte, guerrera. Dicha sociedad era como una enorme plaza de toros dónde jugarse la vida representaba el valor más alto, no como ahora que con tal de mantener nuestro nivel de vida, hipotecamos a nuestros bisnietos. Además participaban en las olimpiadas en pelotas, sin mayas aerodinámicas, ni túnicas gore-tex.

LA METAFÍSICA SOCRÁTICA-Es el principio de la decadencia occidental. De repente el más feo de los ciudadanos, Sócrates, dice que en lugar de varios dioses, existe uno sólo, una “voz” interior que nos dicta lo que es el Bien, lo que es la Verdad, y, agárrense, lo que es la Belleza. Era tan feo, que los demás le creyeron, quien sabe si fue por miedo a que volviese a repetir el discurso, o simplemente a que les mirase a la cara y se viesen obligados a aguantar la risa (la verdad es que eran ciudadanos cínicos). De acuerdo que la mitología tenía sus fisuras, pero para terminar aceptando que “sólo sabemos que no sabemos nada”, y con esta premisa condenarnos a la búsqueda eterna del saber, mejor continuar pensando en la vida como una enorme tragedia regida por dioses chiflados. A partir de ahora se acabó eso de matar al padre, liarse con la madre, y quedarse con la casa (mito de Edipo). Por culpa del mito de la caverna de Platón, debemos encontrar el Bien, o sea, apagar el ordenador y salir a la calle a que nos ilumine el Sol. Sol=Bien. Se nota que entonces no había ni cambios climáticos, ni capas de ozono con rayos cancerígenos.
Sobre la teoría de la voz interior, llamada Daemon (Doraemon en TV3), existe una clásica conversación que mantuvo Sócrates con un amigo escéptico:
SÓCRATES: El otro día Daemon me dijo que cree que tú ejerces una mala influencia sobre mí
PROTÁGORAS: Es interesante, porque yo creo que es él el que ejerce una mala influencia sobre ti.
SÓCRATES: ¿En qué sentido?
PROTÁGORAS: Te hace creer que las voces que oyes en tu cabeza son reales.
(continuará)