jueves, 29 de octubre de 2009

FMI: los antisistema y la girella

Mientras esperamos poder realizar futuros proyetos visuales con Tiopatxa.flims de calidad, nosotros volvemos a nuestra cámara de fotos usándola con la función "vidéo". O sea, vuelve la compresión digital, la imagen borrosa, y los montajes cutres.

Los que también vuelven son nuestros dos neoconservadores preferidos del FMI.

lunes, 26 de octubre de 2009

Redención

Resulta que el comentario “EL TIMO DE LA GIRELLA” ha llamado levemente la atención de personas que no nos siguen regularmente. Y ha habido un poco de tensión (la justa, no se crean). Por eso, esta ha sido una semana cuanto menos movida para un blog minoritario. ¡Incluso hemos tenido más visitas de las normales!

Supongo que de ese grupo reducido de seguidores que se asoman a este blog semana a semana, sólo uno o dos nos toman en serio. Si todos los que lo ven nos tomasen en serio, esto sería un fracaso. La seriedad se la dejamos para las instituciones, y para los políticos no implicados en el caso Gürtel y similares, o sea prácticamente ninguno.

No hace falta recordarles, porque ya lo saben, que se trata de un espacio donde se acumulan opiniones personales de individuos dispares. Así que como firmante de ese y de otros artículos, no suelo hablar con la verdad absoluta por delante, ni siquiera con el humor inteligente y sutil que desearía, más bien desde la chorrada, la tontuna y la ironía (sin dejar a un lado la crítica). Mi objetivo aquí casi siempre es el mismo: no tomar nada ni a nadie (y mucho menos a mi mismo) en serio. Con esto no quiero decir que sea inocente ni inofensivo, así que entiendo que mi irreverencia pueda molestar. Si ese es su caso, no nos visite.

Si en adelante, aquellos que nos acaban de descubrir, van a seguir viéndonos -y les invitamos a que así sea-, recomiendo que lo hagan con “el nudo de la corbata flojo”. Que se lo aflojen aunque sea un momento, si es que nos van a ver en horas de trabajo. Aparquen la seriedad y cárguense con una dosis de autocrítica, en el caso de que se sientan aludidos. Ah! y dejen comentarios con su opinión.

lunes, 19 de octubre de 2009

EL TIMO DE LA GIRELLA

En tiempos no tan remotos El Pallars Jussà y L'Alta Ribargorça formaban una pangea pirenaica a la izquierda de Catalunya (que no La izquierda catalana). Una sola comarca. Como una sola España. Pero la carretera de El Pont de Suert hasta La Pobla de Segur era más retorcida que el intestino delgado, así que se decidió la independencia de L'Alta Ribagorça, para, de esta forma, tratar por separado algunos asuntillos que era mejor resolver sin vomitar en el ayuntamiento de Tremp. Se ve que la asistenta estaba harta de fregar la girella mal digerida de los ribagorzanos.

Ahora, en tiempos de referendums, esas dos comarcas vuelven a formar una pangea musical gracias a la Comisión de Fiestas del Pont de Suert. Y es que este sábado tocarán en dicho pueblo dos de los grupos más representativos de ambas comarcas -con permiso o sin él de Randal y El Oso yonki-: Rumbalgia y 3K2S (cliken sobre cada nombre para acceder a sus respectivos enlaces)

La excusa de tal unión es la 10ª FIRA DE LA GIRELLA que se celebra en el pueblo.

(Wikipedia) Girella= embutido artesanal autóctono exportable y globalizable, pero indigesto.

Si leen atentamente el cartel, verán que no se hace mención alguna a dicha FIRA DE LA XIRELLA. Se lo han prohibido a la Comisión desde el ayuntamiento. Y es que LA FIRA DE LA GRAELLA es uno de esos actos culturales supuestamente populares que hacen de la comarca un foco de atención mediático durante un fin de semana. Pero EL TIMO DE LA GIRELLA está, lo menos, promocionado por alguna de esas empresas que convierten lo popular en chiste, lo artesanal en chascarrillo, y luego lo capitalizan como un negocio redondo, lo que obliga a la gente del pueblo que quiere contribuir con diferentes actos culturales a quedar relegados al margen, a ser sólo una alternativa (que de eso los miembros del blog sabemos mucho).

Por eso en este blog tampoco haremos mención alguna a la FIRA DE LA GIRELLA , no sea que se nos tiren encima.

FIRA DE LA GIRELLA. FIRA DE LA GIRELLA. FIRA DE LA GIRELLA.

De todas formas recomendamos encarecidamente que vengan a bailar y a reír. Y beban como si no hubiese Dios, para que el domingo se levanten al mediodía con el estómago retorcido, como está mandado, y no tengan ganas ni de dar una vuelta por semejante circo mediático. ¿Les he dicho ya que la girella es indigesta? Pregúntesenlo si no a los antepasados que iban al ayuntamiento de Tremp con un seicientos por la carretera 230...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Marcelo y El Señor A

Marcelo veía llover desde lo más profundo de sus sábanas. Era una mañana de octubre, y era casi mediodía. Flotaban en el ambiente millones de datos que importaban absolutamente nada para Marcelo. En el momento en el que las gotas llegaban al borde inferior de su ventana, Marcelo ya no recordaba que estaba lloviendo. Ese reguero de humedad coincidía exactamente con su ínfima capacidad para almacenar recuerdos.


Tres golpes secos, de nudillo, sacaron la cabeza de Marcelo fuera de su alambrada cien por cien algodón. Y, cuando su cabeza estuvo fuera, ya no recordaba el motivo para emerger de entre las caricias de sus sábanas. Miró a ambos lados de su cama y se volvió a esconder. Volvieron a sonar los tres golpes secos de nudillo y se volvió a repetir el proceso. Una, dos, tres, y hasta cuatro veces seguidas. Y ahora Marcelo vuelve a mirar a través de su ventana las lágrimas de lluvia resbalar por las mejillas de su ventana.


Al otro lado de la puerta, desesperación. Y calma por estar habituado a ese tipo de situaciones. El Señor A agarró el pomo de la puerta, lo giro noventa grados hacia la derecha, y empujó con el pie derecho la puerta. Desde allí pudo ver un bulto con forma humana retorcido entre las sábanas. y un cristal lleno de llantos que apenas permitía el paso de la poca luz que vagaba por las calles. Dio tres pasos, acompañados por tres crujidos del suelo de madera y se plantó ante el camastro de Marcelo.


El Señor A se quitó los guantes de piel. Estirando, de uno en uno, de todos y cada uno de sus diez dedos. Guardó los guantes en el bolsillo derecho de su gabardina, empapada por la lluvia. Colgó la gabardina en el perchero. Y se sentó a los pies de la cama de Marcelo, que seguía oculto entre la maleza de sus sábanas. El Señor A encendió un cigarrillo y golpeó dos veces el cuerpo oculto de Marcelo. Y Marcelo se incorporó de golpe. Miró a los ojos de El Señor A. Luego su boca y el chorro de humo que de ella salía. Y luego, de nuevo, sus ojos. No le dijo nada. Y, al otro lado de su ventana, seguía lloviendo.


El Señor A no precisaba de ninguna invitación para empezar a lanzar su arenga. Lo hacía, con una precisión casi suiza, cientos de veces en cada jornada laboral. Lanzó el cigarrillo contra el suelo, y lo retorció con la suela de su zapato derecho. Apoyó los codos contra la pared que quedaba a su espalda, y le explicó a Marcelo todos los detalles de la situación actual. Que le había tocado en suerte. Y que no había vuelta atrás. Que, desde aquel preciso momento él, El Señor A personalmente, gestionaría tanto los síntomas como sus posibles consecuencias de la nueva enfermedad que acababa de contraer. Y que no se preocupase, porque era un puro trámite. Que, probablemente, a partir del momento en el que él abandonase su casa se vería incapacitado para recordar nada de su pasado. Pero que eso era algo normal. Uno de tantos de los muchos efectos secundarios que, tanto la enfermedad como su posible medicación, le podrían acarrear. Y que intentase no resistirse porque, casi con toda certeza, sería en vano.


Marcelo miró hacia su ventana, y un par de lágrimas de lluvia después volvió a esconder la cabeza bajo las sábanas. El Señor A se puso de nuevo su gabardina, aún empapada, luego se puso sus guantes, cruzó los diez dedos de sus manos entre sí para acabar de ajustarlos, y abandonó su habitación. Allí dentro encerrados quedaron Marcelo, una colilla apagada y un puñado de consejos y proclamas. Y poco más. Fuera las gotas de lluvia seguían jugando a perseguirse.
A la mañana siguiente volvieron a sonar los tres golpes secos de nudillo en la puerta de la habitación de Marcelo. Y El Señor A no insistió. Volvió a entrar y volvió a reproducir el ritual de la mañana anterior. Guantes, gabardina, cigarro, discurso, gabardina y guantes. Y Marcelo también volvió a reproducir el ritual de la mañana anterior. Sábanas.


Y así se sucedieron un sinfín de días consecutivos. Tanto laborales como festivos. Y en todos y cada uno de ellos se repetía la misma historia. Como un bucle infinito y sin sentido de flashbacks pasados, presentes y futuros. Como un tiovivo absurdo en el que El Señor A procuraba hacerle recordar algo a una persona incapaz de almacenar recuerdos. Y en el que una persona como Marcelo no hacía el más mínimo esfuerzo por almacenar entre sus sábanas ni una sola de las palabras que escuchaba. Tan sólo contando el número de colillas que se acumulaban a los pies de la cama de Marcelo podríamos observar el paso del tiempo.


El Señor A jamás supo que había llegado tarde a comunicar la nefasta enfermedad a Marcelo. Y, El Señor A, jamás fue del todo consciente de que tantos años anunciando enfermedades por las camas de tantas gentes había terminado por contagiarle a él mismo de las noticias que se dedicaba a transmitir. Ambos nunca supieron que cuando la vida decidió arrancarles de cuajo su pasado, ellos ya habían decidido olvidarlo.

jueves, 8 de octubre de 2009

No estamos solos

Sucede que, a veces, andando por el centro comercial de Pont de Suert, la gente nos reconoce del youtube y nos paran interfiriendo en nuestros quehaceres de ciudadanos cosmopolitas. Y luego nos sueltan eso de "vuestros vidéos son cojonudos, sobretodo cuando sale el Gorrión Muchacho", sabiendo que lo que grabamos es una puta mierda. Para rematar la faena concluyen "vosotros hacéis una gira por Vilaller y os forráis".
Así que lo que pretendía con esta entrada era mostrar algunos de los zumbados con los que nos partimos y que mucho antes que nosotros se ponían delante de una cámara a hacer el chorras.


Axel Casas

Skalope

Teatraco a las 12

Por último, quería poner el vidéo con el que unos amigos, que de aquí a poco serán papás (¡si no lo han sido ya!), ganaron un concurso:

viernes, 2 de octubre de 2009

Alienación Vs Alineación

Claro, ustedes aderezaron su vocabulario cuando tanto rodilleras como coderas estaban en boga, y ahora pretenden que con ese surtido de argot puedan ustedes sobrevivir hasta que una hilera de ladrillos corone su nicho. Pues no. Lo lamento, pero no. A no ser que sean ustedes de ese tipo de personas que, pese al paso del tiempo, persisten en las mismas proclamas presuntamente modernas que, aunque a sus ojos sigan parennes, se han perdido en el portal de los sueños rotos. Visualicen, si no me creen, a ese señor que ya cuenta con los dedos la espera de su ansiada jubilación, y que cada vez que se lo cruzan en su centro laboral les suelta un 'tranqui, tronqui... no te pongas nervi, que aquí hay confi...'. ¿Lo ven? ¿A que incomoda? Sí ya se lo decía yo... Pues, llegados a este punto, supongo agradecerán ustedes una mini-guía de nuevas tendencias que harán de su vida un lugar un poco menos acíbar. Empecemos.

Trendy: Lean bien. No digan luego ustedes 'Tendry' que quedarán fatal ya de entrada. Son personas muy preocupadas por su estética. Y por pretender adapatar a su cuerpo, ya sea esbelto o funesto, todo lo que ven en la tele o en el Cosmopolitan. Desde flequillos afilados a crepados imposibles. Y desde zapatillas Victoria sin cordones a botas de catorce hebillas. Son la comidilla del lugar vayan donde vayan. Si han de elegir ustedes un espejo en el que reflejarse, éstos pueden ser el suyo.

Cool: Aunque, desde fuera, puedan parecer auténticos 'Trendy', no se lleven a engaños. Ellos son los que arriesgan y crean la tendencia. Son los que vuelan con Ryanair a Londres por 0.01 Euros y no salen del mercadillo de Camden Town hasta que llegan los junkies del lugar y sienten miedito. Tocan todos los palos: Desde muñequeras de peluche hasta extensiones capilares realizadas con scoobydoo de colores fosforescentes. Tú arriesga, que algo queda. Si alcanzas un buen estatus dentro del panorama 'Cool' puedes alcanzar la gloria siendo un 'Cool-Hunter'. Que es lo que vendría a ser un cinturón negro de karate cuando usted llevaba colgado el amarillo-naranja en el mejor de los casos.

Gótico: Vacíe usted su armario ropero, eso de entrada. Y cambie todas las prendas de color que encuentre por unas similares pero de color negro. Si la prenda tiene calado (agujeritos de toda la vida) mucho mejor. Cree usted un blog. Y un Myspace. Y una página de Facebook. Y, desde allí, regale usted cada mañana a sus amigos (virtuales, claro) un poema oscuro. No haga usted rimar 'cucharilla' con 'maravilla', haga usted el favor. Se trata más de 'albas que se rompen', o de 'flores de plástico sobre una tumba', o ya puestos (nunca mejor dicho): láncese usted a tumba abierta y hable en sus renglones de crisantemos en tonos malva. Si usted lo logra, y es capaz de marcarse un par de rasguños en sus muñecas... O si va más allá y es capaz de hacer de su capa un sayo, y de esconder su sonrisa justo detrás... Usted va a estar en boca de su círculo de amistades (virtuales, claro). Suerte.

Emo: Si va usted a conducir maquinaria pesada no empiece por aquí. Sea usted 'Gótico' un tiempo, y ya llegará el momento de mostrar el 'Emo' que lleva usted dentro al mundo. Desde fuera un 'Emo' podría parecer un híbrido entre un 'Trendy' y un 'Gótico', y para diferenciarlos debería usted abrirse al sujeto para que éste se muestre en todo su espelndor (es un purparlé, claro). Una vez camelado el individuo verá usted que siempre van un paso más allá. Que si el 'Gótico' se hace un rasguño en las muñecas (con extremo cuidado), el 'Emo' se va a dibujar con un boli Bic una cremallera en ese mismo lugar. Que el mundo pueda ver, en cuanto le vea pasar, que no está para ostias. Que lo suyo va en serio. Porque todo es infinitamente más premeditado. Porque si quieres ser 'Emo' has de asumir que la vida no es fácil. Aunque luego, en su intimidad de 'Emo', él sabe que los dibujitos de boli Bic sobre la piel se van cagando ostias con el Lactovit de turno. Pero eso es asunto suyo de él y de nadie más. No le prejuzguen por ello.

Otaku: El ser más evolucionado de la escala vanguardista desde Bernardo Cortés. Sume usted todas las tendencias que acaba de leer, agítelas como si fuesen el dado del parchís, y actúe sin ton ni son. Eso sí: procure usted que todo a su alrededor tenga un marcado aspecto nipón. Que si una diadema con las orejas de un oso de peluche que hacía de actor secundario en un capítulo del Doctor Slump. Que si lasdos alitasque llevaba Willy de la Abeja Maya en la espalda. Lo que usted quiera, porque el 'Otaku' no tiene fronteras. Eso se debe a que ellos saben que mientras en Japón la gente se hace la pepitilla agua con la Pepsi de pepino, por aquí somos incapaces de evolucionar por encima del Trinaranjus de manzana. ¿Obervan la diferencia? Pues aplíquenla a su día-a-día. Y no esperen mucho del mañana, porque si pensasen en ello su aspecto sería inexplicable (probablemente).

Espero que este cursillo les sea de ayuda. Olviden los nefastos ochentas y conviértanse en un adolescente de hoy sin demasiado esfuerzo. Y, sobre todo, procuren no mezclar estilos. Sean lo que sean, pero sean algo y no pretendan serlo todo de golpe. Porque si ustedes optan por coger una cosa de aquí y otra cosa de allá el resultado obtenido será, irremediablemente, el de la foto que pueden ver a continuación. Y dudo que sea de su agrado.



p.d.: Lo que tiene que hacer uno para publicitarse...

jueves, 1 de octubre de 2009

UNA CARTA DE AGRADECIMIENTO

La cultura consumista nos ha hecho creer que hacer regalos es fácil. Que basta con dejarse la pasta. Pero no. Hay que estar tocado por un don (además de dejarse la pasta). Por ejemplo yo soy nefasto, pero tengo la suerte de conocer a personas capaces de entregarte las cosas menos pensadas en el momento preciso.

Sin ir más lejos el lunes pasado me regalaron a Leonard Cohen. Y eso si es un regalo de los que marcan para toda la vida. Un regalo sin envoltorios ni adornos innecesarios. ¿Quién es capaz de empaquetar a un artista de su tamaño y entregarlo a una sola persona? ¿Hay servicios postales tan profesionales que pueden empaquetar y entregar con vida a un señor de 75 años dentro de una caja de cartón reciclable después de un viaje por el Atlántico? Lo dudo, por mucho que cuelgues la etiqueta de “frágil” en cada esquina. Como digo se necesita un don, no un servicio postal. No me lo explico de otra manera.

El caso es que el lunes por la tarde recibí una llamada invitándome al concierto que el cantante daba en Barcelona. La remitente tenía una entrada de más. Y allí fuimos: yo como el gorrón en paro que soy, ella con la fuerza de una fans adolescente pasados los 40.

Se cerraron las luces mientras estaba haciendo cola para pillar cervezas (hay costumbres inquebrantables por mucha solemnidad que requiera el momento), por eso llegó primero la voz envolvente, como si aquel tono grave inventase la Poesía por primera vez. Después apareció el cuerpo quebradizo como un simple eco de su timbre. Su silueta, algo difusa por la distancia, estuvo tres horas y media sobre el escenario, con pausa y bises.

En la última canción el Leonard Cohen de las pantallas gigantes -gorro perenne y elegantes arrugas- dijo que se venía conmigo, y ya no ha vuelto a salir del reproductor de mi mente. Bienvenido maestro.
Gracias Mentxu.
El vidéo es una pequeña muestra del evento