Cuando no, es que no. Y punto. Ser amateur es una forma de vida, se nace con ello y se muere con ello, es un estigma y un sello de identidad. O sea que cuando "la parca" para su mal viene a buscarles, encuentra a los amateurs con el culo en la taza del water y sin papel higiénico en toda la casa. Ni unos tristes clínex, que siempre sacan de un apuro.
Y es que cuando no, es que no. O sea, los amateurs treintañeros aficionados al ciclismo se les reconoce porque tienen todos los complementos posibles para su btt comprados en DECATHLON: si el señor Decathlon se ha sacado de la manga unas pastillas de freno comestibles y energéticas, los amateurs las compran. Y después las tienen muertas de asco en casa.
Y para una vez que se animan a salir de excursión, se presentan al lugar sin sus culots, sin sus zapatillas especiales para pedales automáticos, y con una rueda pinchada por siete partes distintas... pero mascando la rueda del freno orgullosos.
Así semos los amateurs, gente inocente, sencilla, y con una cámara de fotos amateur comprada en el FNAC.